La sopa fría



Por insistencia, como auguré, la costumbre se ha vuelto tradición, y anualmente no puede faltar la ineludible partida de rol en vivo que ya es toda una institución entre el grupo de amigos. Empezamos con la subasta  vintage del «legado de Don Sexto», en 2008, y desde entonces ya han transcurrido numerosas jornadas de juego:  «¡Ha del Castillo!», con espadas de gomaespuma y un torneo medieval, «Amnesia», atrapados en una nave interestelar de Star Trek, «Lo enigma de lo Delta», con lobos, brujas y caperucitos,  y «Villa Perdita», una adaptación del clásico juego de mesa cluedo.

Esta vez tocó cambiar de tercio, y nos adentramos en la paranoica América de mediados del siglo XX, en plena guerra fría, entre espías, ladrones, políticos, comunistas y perfectas amas de casa. «La sopa fría» es una partida de rol en vivo (REV) que intenta conjugar todos los tópicos del espionaje y las conspiraciones, con la atmósfera del cine negro de los 50 y las ocurrencias del “Super Agente 86”. La acción transcurre en 1959, en un momento en que, a pesar que acaba de terminar la era McCarthy, la obsesión por lo soviético aún está plenamente vigente. Fidel Castro en Cuba, Mao en China; el cerco que dibujan los tentáculos del  bloque comunista parecen apretar al mundo libre de una forma asfixiante, y la temida “IIIª Guerra Mundial”, con el holocausto atómico que representaría, parece inminente.

El juego gira en torno a la bipolaridad presente en el mito de la vida americana de los 50 y 60, las antagonías comunista-capitalista, conservador-progresista, belicista-pacifista, alta sociedad-rebeldes sin causa, y toda aquella doble moral que conserva todavía parte de la población estadounidense. Cada personaje del juego  dispone de un rol externo, unas apariencias sociales que debe mantener, pero por otro lado, detrás de la máscara, se esconde un espía, un agente del FBI, o un acólito de grupos de poder que operan en la sombra. Parte de la gracia de la partida es justamente este aspecto, mantener las apariencias por delante mientras se apuñala a los demás jugadores por detrás, encontrar aliados y agrupar facciones, y todo ello hacerlo con la máxima discreción.

En este caso, el juego incorpora también varios elementos digitales que dan color al evento. Como he apuntado alguna vez, el atrezzo y los ¡tachán! son puntos clave para cualquier partida de rol en vivo. Así que aprovechando el material que tuve que confeccionar para realizar la partida, lo he recopilado y lo pongo a disposición de la siseante world wide web, para aquellos que quieran aprovecharlo y sorber con disimulo su propia sopa fría. Hay que advertir que la partida fue diseñada para 10 jugadores y teniendo en posesión unos ciertos conocimientos y materiales concretos, pero estoy seguro que podrá ser fácilmente adaptable a las circunstancias de cada grupo y entorno, siendo más que una guía de juego, un compendio de ideas, recortables y sugerencias, de cómo se planteó la presente partida.

 


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Podcast: Escuchar | Descargar
http://www.ftmassana.com/mp3/sopafria.mp3 ( 3:21 — 2.7MB)


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