El rival de Prometeo



rival-prometeo.jpgLa información, los contenidos susceptibles de ser devorados intelectualmente, crecen a una velocidad exponencial. Cada día hay más artistas, más escritores, y hasta más matemáticos aunque cueste creerlo. Curiosamente, en esta avalancha de talento resulta muchas veces difícil encontrar contenidos que valgan la pena, y se crea una paradoja producto de una sobredosis de posibilidades que no han estado sometidas a una selección previa. Afortunadamente, el caos es un arma de doble filo, y el desconcierto que emana de un lado se convierte en la posibilidad de encontrar perlas   escondidas brotando del otro.robot-doctor.jpg

Para mí una de ellas ha sido el libro «El rival de Prometeo», editado por Sonia Bueno Gómez-Tejedor y Marta Peirano. La última, la conocí a través de su blog “La Petite Claudine”, a pesar que seguramente en su dilatado currículum, este ni aparezca. Es un blog de cyber-tendencias y pedacitos de realidad seleccionados con buen criterio. Quizás sea por su simpatía hacia el maestro del horror cósmico Lovecraft o por lo imprevistos que me sorprendieron algunos posts, pero me pareció un sitio realmente interesante, vi el libro y lo compré. el-turco-1.jpgPor alguna extraña relación subterránea, a los que nos gusta Lovecraft también nos chiflan los autómatas. Y de eso va el libro, como reza su subtítulo: “Vidas de autómatas ilustres”, es una recolección de textos que nos hablan de seres artificiales a lo largo de la historia. Desde el Turco, un robot que jugaba al ajedrez y ganó al mismísimo Napoleón, a la versión literaria del clásico de Fritz Lang «Metrópolis». Una joya de libro, no por la habilidad con la pluma de su escritor, en este caso, sino por el buen juicio de las editoras en la elección de los contenidos.

Aparte de la vertiente puramente estética, transmitida por los engranajes y tictacqueo de los   autómatas, en el libro se plantean cuestiones que sobrepasan el placer meramente ambiental. ¿Qué es la vida? ¿En qué momento la materia inerte deja de serlo? ¿Cuáles son las condiciones que han de darse para que podamos considerarlo vida o inteligencia? metropolis1.jpg

Lo que es evidente, y puede comprobarse leyendo el libro, es que los autores de hace unos años estaban igual de perdidos que los científicos de hoy en día. Cuando en realidad todo es bastante más simple, como expliqué en mi post “Finalidad artificial”, la vida es un algoritmo de perpetuación, es decir, la base de la vida es la finalidad en si misma de seguir existiendo. A partir de aquí, de un algoritmo fractal (lo llamo fractal por que en su formulación el objeto y el sujeto son el mismo), podemos crear las complejidades que queramos, hasta llegar a nosotros.

ftmassana-tostadora-sixtina.jpgUn poco ya arto de tanta tontería y divagación insustancial, el otro día me plantee   intentar crear el algoritmo de la vida   en su versión digital, para demostrar que se iba por el camino equivocado. Pero después de un primer sofocón, vi que aprender ensamblador y temas de electrónica que me son ajenos era demasiado trabajo. Total, como mucho terminaría con el género humano, y no es que me apetezca demasiado por la parte que me toca.

Así que nada, antes de que algún chiflado ponga en entredicho nuestra posición en la pirámide de la vida, os aconsejo leer este interesante libro, y sumergiros en el apasionante mundo de esa obsesión duplicativa que nació en el hombre al verse reflejado en un lago.

 

 

Más info:

http://www.impedimenta.es/ficha.php?id=34  
http://elblogdeimpedimenta.blogspot.com/2009/06/automatas-y-humanos-en-que-leer.html
http://www.lapetiteclaudine.com/


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