Pinocchios invisibles



plague-doctor-mask-by-tom-banwell.jpgEn ocasiones la gente miente, otras veces no, y otras no sabe que está mintiendo. La complejidad de las sociedades humanas, con la suprema importancia de la comunidad o grupo, hace que la naturaleza instintiva se eduque, o por lo menos   se esconda , ¿pero hasta qué punto?¿ Vivimos aún en una edad media de doble moral o finalmente se ha adoctrinado el espíritu salvaje en muchos aspectos?. La verdad, después de meditarlo largamente, no lo sé -o puede que esto sea   simplemente una mentira estilística-, y conocer la realidad sobre el nivel de mentira o engaño que utilizan las personas se me está revelando como una tarea algo complicada.

El enigma es parecido a uno de esos problemas del doctor Leyton que mi chica me plantea tras darle varias vueltas sin éxito, que te hacen estrujarte los sesos, o al juego de las puertas parlantes donde una miente y la otra dice la verdad -tipo los «knights and knaves» de Raymond Smullyan o sus muchas otras variantes- , aunque en este caso exista la posibilidad de que todos mientan, o todos sean sinceros.

1118_news_mask_theater_dw_01a.jpgAl preguntarle a alguien si miente, seguramente nos dirá que no. Ya sea por esconder algo o por no decir “te estoy mintiendo” y ser succionado por un vortex paradójico-temporal.   Y puede ser que esté mintiendo o que esté diciendo la verdad, pero no podemos saberlo de entrada. Sí, podemos intentar descífralo mediante la lógica y la experiencia:   Por un lado, tenemos la extrapolación empática, podemos mirarnos a nosotros mismos y pensar que los demás son iguales. En mi caso esto no me ayuda mucho, ya que en ciertos asuntos tanto he tenido que   mentir, como en otros simplemente he dicho la verdad. Podemos también echar mano de la estadística, pensar que si mucha gente miente sobre un tema puede que quien nos diga que no miente esté mintiendo. Pero ni mucho menos llegamos a ninguna conclusión. Además, cualquiera se fía de la estadística, como si no se mintiera también en las encuestas.

Así, que descifrar la verdad sobre este tema es algo peliagudo. ¿Pero por qué mentimos? Sin lugar a dudas para preservar nuestras relaciones sociales y vida colectiva. En los temas delicados solemos decir lo que creemos   que esperan los demás que digamos, porque   pensamos que no lo entenderían, o quizás no podrían decir que lo entienden de una forma pública, y es que puede ocurrir a menudo, en este irónico juego de máscaras, que dos personas se mientan uno al otro sobre lo mismo, y se convierta el baile en una pantomima rococó. Hasta mentimos cuando hablamos de mentiras, para la mayoría las únicas que pasan la censura son tipo “mañana te lo pago”, “No te va doler”, “¿Yo con esa? Ni borracho”, y otras mentirijillas por el estilo. Cuando entramos, por ejemplo, en las estadísticas genéticas que determinan que 1 de cada 10 hijos no son de su padre,   o simplemente abrimos las páginas de contactos del periódico el domingo, a más de uno se le arruga la nariz mientras reafirma enérgicamente su integridad y la portentosa envergadura de su pene.

1118_news_mask_theater_dw_04.jpgEs probable, también, que muchas personas mientan sin saber que están mintiendo,   es decir, sean títeres del inconsciente que nunca han alzado la vista para mirar quien mueve los hilos. No lo saben, pero lo saben, por lo que no quedan exentos de culpa. Puede que conscientemente no mientan, aunque sí están mintiendo y se están mintiendo. Pero me resulta extraño que no se percaten del auto-engaño; seguramente lo vean de refilón, y por miedo, giren la cabeza para otro lado.

Y es que no sé si vivo en un mundo de idiotas o de mentirosos, aunque cualquiera de las dos opciones es penosa. En realidad, no existe tanta diferencia entre la sociedad cristiana feudal y la moderna, han cambiado los temas y el escenario, pero siguen los mismos tabús y represiones. Claro que yo soy partícipe del juego como cualquier otro. Miento, y omito, hasta ahora al hablar de mentiras callo muchas verdades.

Pero quizás me esté equivocando, puede que muchas personas no mientan, o por lo menos que tú digas la verdad, sí, puede.

Pero en tal caso, tus ojos mienten.

Imágenes:
1 ª:TomBanwell
2 ª y 3 ª: Dan Watson – The Signal


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