La causa de la Realidad: el imperativo lógico



El porqué primigenio, aquel que alude a la razón de la existencia en sí, a la causa de la causalidad, es quizás el nudo más trascendente que debería estudiar la metafísica, y a mi ver, también la física, para a partir de él poder desarrollar las teorías que describan las diferentes magnitudes sensibles. En lugar de solo trabajar con los datos, para la física, sería muy productivo entender también la lógica del sistema desde su base, y extrapolar características matemáticamente que sean verificadas experimentalmente a posteriori.

El pilar en que voy a asentar el análisis de la Realidad es el principio de coherencia, que nos anuncia que cualquier aspecto de la Realidad debe tener una razón, una coherencia, para poder ser. Justamente es la causa abstracta[1], la que genera cualquier efecto, y sin razón que determine el ser de cualquier aspecto real no es posible su existencia. La coherencia evidencia que aquello que no puede ser no es, así de simple. Pero además, a partir de esta premisa se nos descubre la evidencia de que el porqué de la realidad debe ser una razón lógica, en cuanto la lógica son las leyes de inferencia válidas de aquello que puede ser.

Por imperativo lógico, cualquier efecto en la realidad debe obedecer a su causa, de igual manera que la misma realidad “es” por imperativo lógico, lo cual significa que la Realidad es como es porque no puede ser de ninguna otra forma, dada la razón que la determina.   Lo que queremos, en este caso, es entender dicha razón y en lo posible, ampliar el conocimiento de sus consecuencias.

Antes de entrar en qué es la Realidad, debemos tener presentes dos aspectos:

  1.   La percepción humana es subjetiva, y es una interpretación de una parte de la Realidad. Lo que percibimos son sombras de un substrato que nos es incognoscible, que es la realidad tanto en conjunto como en esencia. Nuestra interpretación está limitada y definida por lo que somos, pero de igual forma que cualquier efecto requiere de una causa, el hecho de que hagamos una interpretación de la realidad, por muy sesgada y tergiversada que sea, nos denota que debe haber una causa, que es la realidad, de la cual emana nuestra interpretación. No por eso nuestras percepciones, que son interpretaciones parciales, son veraces, directas, ni fidedignas, pues son consecuencia de un sistema funcional que es la vida. Por eso debemos   entender qué es la realidad desde una visión no-antrópica, abstracta y alejada de prejuicios humanos, y después ver qué puesto ocupa el ser consciente en ella[2].
  2. La lógica nos confirma que la realidad debe estar hecha de realidad a nivel primario, dado que cualquier otro elemento substantivo no es posible.   En el artículo «La esencia de la Realidad: la infinita Realidad» se desarrolla y explica este hecho y su razón. Básicamente, cualquier esencia primaria que no sea la realidad misma requiere de una causa que determine su concreción, y esa causa: o es reductible a la misma realidad, o no es posible al ser un efecto sin causa -léase razón-.

Entendiendo que la realidad se autocontiene, que es infinita y fractal, la respuesta a su morfología se nos presenta evidente a partir de la lógica matemática. Si la realidad está hecha de realidad, entonces se cumpliría la fórmula   (∃x*R = R), es decir, que cualquier x multiplicada por la Realidad tendría como resultado la misma Realidad. Al ser así, qué es R solo puede tener 2 respuestas que son:

R = 0
R = ∞

Por consiguiente, si hacemos caso de la lógica, la realidad es cero (la nada, no es) o la realidad es infinito (el todo).

Hay que entender las acepciones de dichos conceptos (0, ∞) como absolutos, pues tiene mucho más sentido de lo que pudiera parecer en primera instancia. El cero, la nada absoluta, es sin lugar a dudas el estado de la Realidad más coherente   que uno pueda concebir, ya que no requiere de razón. Por otro lado, el infinito en este caso sería análogo al todo, aunque un todo que se autocontiene y es fractal, siendo infinito por ser contenedor y contenido simultáneamente. El infinito significaría que todo lo que puede ser, es, siempre que no se rompa la coherencia lógica.

Para ser un poco más audaces aún, podríamos concluir asimismo que en el fondo no hay dos repuestas que nos dé la lógica sobre qué es la Realidad, de cierta manera 0 = ∞. La nada es infinita, no tiene un límite, y el infinito es el todo ilimitado, aunque inmóvil, que en su conjunto es nada. La Realidad es la nada, y a la vez, todo lo que puede ser. Son dos caras de una misma moneda que, por imperativo lógico conforman la Realidad, siendo el límite indeterminado 0 * ∞ la representación más cercana a qué es la Realidad que podemos concebir con nuestra torpes herramientas.

No obstante es la existencia la mayor incongruencia que puede encontrarse la metafísica, pues lo esperable, lo lógico por carecer de razón, hemos dicho que de primeras es la nada, o en su defecto la indiferenciada infinitud. Pero la fenomenología que nos indica el punto “A” pone en entredicho la intuición lógica de “la nada” como lo que debiera ser. Entonces es la existencia y la concreción, más que propiamente la realidad, el enigma primigenio.   La respuesta se halla en comprender profundamente la solución que nos da la lógica, como la nada y el todo son equivalentes en términos absolutos, y como dentro del todo cabe la posibilidad de la consciencia.

Todo lo que puede ser, es, sin embargo, no ha sido nunca.


Notas:

  1. ^ Al hablar de causa abstracta hablo de razón lógica, y no de causa encuadrada en un marco temporal.
  2. ^ La naturaleza del ser consciente y cómo es posible su existencia será tratado en profundidad en el artículo «El ser como producto de la posibilidad».

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